Pensaba que no sería capaz de desconectar unos días después del estrés del trimestre.
Pero las olas de espuma, las barcas abrazadas al mar, las peñas atadas a sueños y una contraportada en verde y azul para atardeceres sin meta me han hecho recordar que la vida es casi siempre otra cosa distinta de la que nos empeñamos que sea.