miércoles, 23 de abril de 2014

En Euskadi

Pensaba que no sería capaz de desconectar unos días después del estrés del trimestre.

Pero las olas de espuma, las barcas abrazadas al mar, las peñas atadas a sueños y una contraportada en verde y azul para atardeceres sin meta me han hecho recordar que la vida es casi siempre otra cosa distinta de la que nos empeñamos que sea.