Emocionada, contenta y agradecida de haber recibido el Premio Miguel Labordeta 2017 por el poemario Morfosintaxis humana.
El premio, patrocinado por Manantiales Fontecabras, me fue entregado ayer por la Consejera de Educación, Cultura y Deporte en el IAACC Pablo Serrano, en un acto que compartí con otros compañeros galardonados: Francisco Uriz (representado por Raúl Herrero), Marta Momblant y Chesús Aranda (representado por Iris Aranda), que nos dejó hace poco y con el compartí mi amor por la lengua aragonesa.
El libro está dedicado a todas las personas que han hilvanado e hilvanan con sueños el IES La Azucarera de Zaragoza, en especial, al alumnado de su aula de español, porque es un poemario que gira en torno al metalenguaje y a la cultura y poesías africanas. Pero ese trayecto vital y poético no hubiera sido posible sin mis padres, que me enseñaron el amor y el respeto por mis orígenes y por los de los demás, y sin Óscar Latas que cada día me recuerda lo que expreso en uno de los poemas del libro:
Puedo parecer
simple preposición sin significado alguno
Pero a veces el agua de la mañana adquiere valor
en
el cristal de mis sueños
la hoja en blanco
entre
el aire de mis dedos
la senda segada
bajo
las huellas no caminadas
la luz entrecortada
sobre
los chillos inacabados
tus labios
con
los míos
Puedo parecer
simple preposición sin significado alguno
Pero de vez en cuando otorgo algún sentido
al yo que me crea cada día
