He dedicado la colaboración del mes de febrero al campo.
De alguna manera, algunas
personas hemos sentido que la voz del campo y la nuestra se fundían en una
ráfaga de cierzo y de protesta, porque mantiene el medio rural que se deshoja
en el vacío, porque vivimos y sobrevivimos gracias a él, porque somos campo.
Especialmente, somos ese campo pequeño y mediano, que puede defenderse con un
consumo local, sostenible y de productos ecológicos y de proximidad.